Mostrando entradas con la etiqueta Constitución mexicana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Constitución mexicana. Mostrar todas las entradas

LA CONSTITUCIÓN MEXICANA, NUESTRO DOGMA DE ILUSIONES

constitucion “En cumplimiento al… artículo 128 de la Constitución legítima de 1857, mismo que quedó en suspenso por la rebelión militar de 1876 encabezada por… Porfirio Díaz… se manda restablecer la observancia de la Constitución de 5 de febrero de 1857...”

Lo anterior no es un texto de un documento del siglo XIX, sino del XXI, de apenas hace unos días en enero del 2010.

Es, de hecho, parte del texto de una Declaratoria que reestablecería la vigencia de la Carta Magna de 1857, en lo que una nueva Asamblea Civil Constituyente integrada por ciudadanos redacta una nueva Constitución, debido a que, según su autor, la de 1917, que acaba de cumplir 93 años el pasado viernes, es ilegítima.

El golpe militar de 1876-1910 o la revolución de 1910-1917, no son medios legales para asumir los poderes del Estado, en consecuencia una autoridad que es ilegal, no es autoridad y por tantos sus actos son ineficaces y nulos”, se explica, al tiempo que se invita al lector a sumarse como un “LEGISLADOR CIUDADANO”.

El autor de estos textos es un abogado mexicano de nombre José Alfredo Loredo, quien desde San Luis Potosí ha impulsado la idea con un par de blogs y artículos en la Red, afirmando que el sistema democrático y de partidos no le ha servido a México.

Pero Loredo no está sólo. El luchador social y ex Diputado federal también de izquierda, Mario Rojas Alba, ha encabezado desde Cuernavaca un movimiento para una nueva Constitución a partir de un proyecto que publicó hace casi 10 años, y ahora desde otro blog que funciona, según se explica ahí mismo, como una Asamblea Constituyente.

La Asamblea Constituyente sesiona de manera permanente en este mismo foro (blog) todos los días; la primera Asamblea Nacional presencial, se realizará el 20 de noviembre, del 2009”, se puede leer en una entrada de febrero del año pasado en el blog “Congreso Constituyente de Legisladores Ciudadanos para una nueva Constitución Mexicana”.

nuevaconstitucion Así, mientras los políticos juegan a reformarla y enmendarla para “ganar posiciones” ideológicas y políticas en ella, otros ciudadanos piensan incluso en cambiarla por completo y hasta mandar a volar el sistema político actual. Sin embargo, el objeto del deseo es el mismo: la Constitución.

Y sí, unos quieren sustituirla, pero la verdad es que aun vigente en teoría, muchas veces sólo queda en “letra muerta” por los políticos y autoridades que se la pasan nombrándola pero son los primeros en incumplirla o en llenarla de “parches” según las tendencias sexenales.

Al respecto, el Coordinador de Derecho Constitucional del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Miguel Carbonell, escribió este sábado en El Universal:

“Tenemos la Constitución más anticuada y más reformada de América Latina. Desde el sexenio de De la Madrid se han modificado 287 artículos (muchos han sido alterados más de una vez; por eso es que el número es superior al total de artículos). Desde 1982 se han publicado 90 decretos de reforma, es decir, una casi cada cuatro meses durante 28 años seguidos. En los tres años de Calderón como Presidente se han publicado 21 decretos de reforma, es decir uno cada 51 días.

Lo que hoy día sea la Constitución nadie lo sabe.”

Aun así, como si el texto siguiera teniendo coherencia y se respetara al pie de la letra, todo el mundo quiere que la Constitución diga algo de sus intereses particulares y se amparan en ella para justificar los mismos.

Así, por ejemplo, hemos visto en estos días que Diputados impulsaban en Comisiones una nueva reforma a la Constitución para que el Artículo 40 establezca que el Estado mexicano es laico.

Esta sería una acción plausible, si no supiéramos que obedece más otra vez a un pleito político coyuntural de “izquierdistas” vs. “derechistas”, en donde ambos han actuado impositivamente “mayoriteando” en los congresos que dominan, imponiendo leyes con sus respectivos criterios morales, llevándose a la Política y a los ciudadanos entre las patas.

Pero sí parte de la “izquierda” quiere dejarle en la Constitución un “recuerdito” al Gobierno panista, éste no se queda atrás y también vimos al Presidente Calderón tratar de usar forzadamente a la misma para criticar a las leyes que le son incómodas como el matrimonio entre homosexuales en el DF.

Total, que todo el mundo la “usa” y quiere dejarle su sello a la Carta Magna, aunque luego pocos la cumplan. “Bueno”, dirán los abogados, es que ahí está el criterio legal para todas las demás leyes.

Pues claro, en el fondo, laico o no, el “dogma” de nuestro país pareciera ser la Constitución. Sí lo dice ella, tienes razón, si no, estás mal. Con ella, se defiende un tema y con ella misma se ataca.

Y es que si la Constitución es el “texto sagrado” que todos “alaban” pero nadie cumple, los magistrados de la Suprema Corte son ahora aquellos “sacerdotes” quienes como codiciados “oráculos” son los únicos facultados para decirnos si en sus letras, haya algún soporte para justificar nuestro pleito político de moda o no.

Lo curioso es que se supone que la Constitución no es más que la voluntad del pueblo soberano que quedó plasmada allí. Es un “libro sagrado” ¡que nosotros mismos hicimos! Aunque quizás por eso, nos conformamos con que la “voluntad” se quede escrita ahí y ya.

Muchas veces nuestra Constitución parece más un libro de buenos deseos y buenos propósitos, un enlistado de ilusiones: que está prohibida toda discriminación, que todos tenemos derecho a la educación de preescolar a secundaria, que tenemos derecho a la protección de la salud, a disfrutar de una vivienda digna y decorosa, etc.

Y no minimizo los avances en los diversos reconocimientos de derechos que se nos han hecho a los mexicanos en la Carta Magna, pero quizás a veces valga la pena pensar más en cómo cumplirlos y exigir su implementación que en sólo enlistarlos.

Quizás hace falta una nueva Constitución, como dicen algunos. No lo sé. Quizás hace falta seguirla reformando para adaptarla a la nueva realidad nacional. Quizás, lo único que haca falta es cumplirla.

Por lo pronto, los políticos siguen peleándose por modificarla o ganar en su interpretación y el movimiento de un nuevo constituyente civil mencionado al principio parece haber adquirido un nuevo talante según se ve: ha dejado de ser tan “ciudadano” para comenzar a ser aprovechado por “viejos lobos de mar” o mejor dicho “de la política y los sindicatos.

En la reunión de este viernes 5 de febrero en el simbólico Cerro de las Campanas en Querétaro donde se discutiría “La Ruta para la Construcción del Congreso Social hacia un Nuevo Constituyente” los que más acapararon la atención pública fueron Martín Esparza y Francisco Hernández Juárez, líderes del Sindicato de Electricistas y Telefonistas, respectivamente.

En fin. La Constitución parece ser esa joven que todos desean, pero que todos querrán usar a su conveniencia, cambiarla a su modo, y todo para luego terminar siéndole infiel.

Claro, a diferencia de una “pareja” real, ella no se puede quejar… pero que si hablara…

Leer más...