CRÓNICA DE UNA MITAD DE SEXENIO

El mitin del pasado domingo 22 de noviembre fue clarísimo. A Andrés Manuel López Obrador ya no le interesa más el “pelele” Calderón, ahora enfocará sus baterías contra el cuasi próximo candidato presidencial, Enrique Peña Nieto.

El acto obradorista marca simbólica y claramente la mitad de este sexenio, con una triste noticia: al parecer, pasamos directamente de la inacción por el clima polarizado y enrarecido post 2006, a la inacción por la carrera electoral del 2012.

fotomitin El Presidente Felipe Calderón apenas pudo en estos 3 años recoger unas cuantas migajas de su alianza parcial con el PRI (hecha con urgencia y mucho bajo los términos del partido Opositor para que pudiera tomar posesión, ante las duras protestas de los lopezobradoristas por un supuesto fraude electoral).

Calderón, quien había prometido un “México ganador”, se promocionaba como el “Presidente del Empleo” y ofreció “rebasar por la izquierda” a su rival, en verdad salió con poca legitimidad y capital político escaso de ese lamentable proceso electoral, que por decir lo menos, fue desaseado e inequitativo, como evidencia el propio Dictamen del Tribunal Electoral que lo validó.

El panista ignoró las comprobadas actitudes antidemocráticas de su antecesor,Vicente Fox (como su “pleito” con López Obrador descrito en el propio dictamen del Tribunal o el envío reconocido por la propia PGR de 7 millones de correos electrónicos desde oficinas del Gobierno para criticar a ese candidato) y preferió usar la nada  “conciliadora” frase “hayga sido como hayga sido” para describir su llegada al poder.

calderonejercito A diferencia de Carlos Salinas de Gortari, quien 20 años antes se había visto en una situación similar de fuertes acusaciones de fraude, el “quinazo” legitimatorio de Calderón fue tratar de hacer olvidar las reformas pendientes del país y sus promesas de campaña haciendo lo que más bien su rival izquierdista había propuesto (aunque luego se le olvida): sacar el Ejército a las calles para dar mayor seguridad ante el creciente poder del crimen organizado.

Eso y una alianza con el PRI, que hizo creer que Manlio Fabio Beltrones, líder priista en el Senado, era “de facto” un Vicepresidente, dieron ciertos resultados en imagen y margen de Gobierno a Calderón.

Sin embargo, los resultados concretos fueron magros: algunas reformas al ISSSTE y su régimen de pensiones así como a PEMEX son algunos de los más notorios. Calderón decía al país que eran las “reformas posibles” y ni modo.

Mientras tanto, López Obrador, quien ahuyentó a muchos de sus simpatizantes con medidas de protesta postelectoral como el bloqueo de Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, se concentró en cuidar su “voto duro”, recorriendo todo el país y por supuesto criticando todos los días a Calderón.

Así, el líder opositor pasó, por ejemplo, la crisis del alza a la tortilla, la polémica por la Reforma Energética y de PEMEX, y la emergencia por la influenza intentando hacer “detonar” esos temas masivamente, sin tener tanto éxito.

amlo25 No obstante, hace unas semanas se produjo un giro notable. López Obrador pareció ya dejar de concentrarse en el “voto duro” y radical, para comenzar a hablarle otra vez al resto de la población (como en su Gobierno del DF o en su campaña)

Lo hizo, por ejemplo, en una carta dirigida a empresarios en el diario Reforma (calificado como “derechista” por el propio político). El tono de la carta era conciliador y no estaba tan inmerso en su discurso usual de “lucha de clases”, es decir de “opresores vs. oprimidos”.

Ahora, el domingo pasado, López Obrador parece haberse “redestapado” para el 2012. Esto es claro desde el mismo título del Discurso: “Con miras al 2012, un nuevo Proyecto Alternativo de Nación: AMLO”

Muchos dicen que el tabasqueño está en campaña desde el 2006 y de alguna manera es cierto, pero el mitin del domingo pareció ya el claro “banderazo” para las campañas electorales del país, iniciando por la suya.

Lo más lamentable para los mexicanos, es que todos, incluyendo al mismo PRI y a Calderón parecen también ya estar en campaña.

En efecto, el PRI parece ya haber dado por terminada su “alianza” con el Presidente, y más bien estar ya en la lógica de llevar su propio Presidente a los Pinos, usando la estrategia del “agandalle” del Presupuesto y las decisiones del país, con el poder que adquirió en las elecciones legislativas de este año.

portadalibrosiyofuerapresidente Sectores muy importantes de la Iniciativa Privada, ciertos medios de comunicación y ex Presidentes como el mismo Salinas, como en efecto señala López Obrador, parecen también ya haber dejado de apoyar a Calderón y comenzarse a “alinearse” con Enrique Peña Nieto, el Gobernador del Estado de México que Televisa ha estado impulsando todos los días desde hace cuatro años.

Señal evidente de la ruptura fue cuando Calderón, en uno de esos “arrebatos de conciencia” que ha empezado a tener en estas semanas, se “peleó” con los empresarios denunciando que no pagan los impuestos que les corresponden.

Este “cambio de actitud” de Calderón ya lo tratamos en otro post, pero lo cierto es que sea sincero o no, para fines prácticos, sus “sueños” no son más que recicladas promesas electorales, porque si en los 3 años pasados no pudo hacer grandes cosas, en los que siguen, se ve más que difícil.

Así pues, todos andan ya en campaña. López Obrador atacando ya al verdadero rival del 2012: el PRI; dicho partido a su vez, apostando a estorbar al Presidente para lograr su meta; y Calderón, resignado, decidido a ya mejor volver a prometer el “México de los sueños” para ver si en el 2012 alguien todavía quiere volver a votar por el PAN.

Y mientras: ¿quién gobierna? ¿quieren acaso que nos saltemos 3 años del calendario de un plumazo? 

Tal parece que para los políticos, el 2012 ya llegó y el resto de los mexicanos vivimos equivocados en nuestro calendario. 2010 y 2011 sólo serán una ilusión en nuestras mentes. El problema es que la crisis económica, la inseguridad, el desempleo y la falta de desarrollo seguirán siendo muy reales.

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FELIPE CALDERÓN, ¿UN PRESIDENTE DE OPOSICIÓN?

El Presidente Felipe Calderón parece ahora un Presidente de Oposición y no uno en funciones, un Presidente de denuncia y no de gobierno.

Al menos, así se ha mostrado últimamente, por ejemplo, con sus críticas a la Iniciativa Privada, acusando que varias importantes empresas del país no pagan los impuestos que deberían y que por sus cabildeos, no pasó su propuesta de Ingresos para el 2010.

De hecho, en las últimas semanas, Calderón se ha parecido más a Andrés Manuel López Obrador (el candidato con quien se enfrentó en las elecciones del 2006) que a nadie.

El actual Presidente pareció hablar en campaña sólo de soluciones técnicas para el país, mientras que la izquierda, y en particular, López Obrador, ha insistido (aunque con poca congruencia, a veces) en que el problema del país no es sólo técnico, sino también ético y pasa por el egoísmo de la clase política y empresarial.

Casi palabra por palabra, Calderón ha dado la razón y retomado un discurso que el candidato de izquierda ha enarbolado por años, sosteniendo que hay muchas empresas “priviligiadas” que no pagan sus impuestos ni ponen más de su parte para ayudar al país.

En realidad, el cambio de Calderón parece haberse manifestado desde su discurso de 3 aniversario de Gobierno, en septiembre, cuando, derrotado por el PRI en los comicios legislativos de medio sexenio, dio un giro en su discurso y en vez de seguir apostando por el “México posible”, afirmó que había que buscar el “México deseable”.

Esto quiere decir quizás que Calderón dio marcha atrás a su intento de negociar, con el PRI sobretodo, únicamente los acuerdos y reformas “posibles” de obtener consenso y de volver a elevar la mirada hacia los verdaderos retos de fondo que requiere el país, más allá de la coyuntura política.

Quizás, es que Calderón sabe que de todas maneras, tras las elecciones pasadas, el poder legislativo ya lo tiene el PRI y ya está resignado a que estará a su merced por lo que lo que le queda es tan sólo proyectar la imagen de un “transformador estadista” que por lo menos “intentó” hacer cosas, aunque la “Oposición” no lo haya dejado.

Quizás, también hay un elemento ético y moral en el asunto y esto puede ser interesante.

Calderón, miembro del conservador Partido Acción Nacional, podría tal vez estar acudiendo a sus valores y creencias, de una manera más firme, para encarar los grandes retos que le depara la segunda mitad del sexenio.

Al menos, algunas declaraciones públicas suyas podrían indicar eso:

Esta, por ejemplo, también de septiembre, donde Calderón, de manera quizás riesgosa para el Estado Laico pero, al parecer sincera, se lamentó que los jóvenes caen en las drogas por no “conocer a Dios”. Un tono que no había usado en el resto del sexenio.

"Una juventud que por sus condiciones sociales, familiares, educativas, por falta de oportunidades, tienen pocos asideros trascendentes que tienen poco que creer, que no creen en la familia, que no tuvieron; que no creen en la economía o en la escuela, que no creen en Dios porque no lo conocen… esta falta de asideros trascendentales hace, precisamente, un caldo de cultivo para quienes usan y abusan ese vacío espiritual y existencial de nuestro tiempo".

O esta, mucho más personal, en el aniversario luctuoso del ex Secretario de Gobernación y su amigo, Juan Camilo Mouriño el pasado 4 de noviembre, en donde el Presidente pareció esbozar en su discurso cierta envidia de la felicidad que él gozaba:

“Ahora que se han venido estos días y que lo hemos recordado tanto, he buscado llenarle de sentidos, de alegría, a mi propia vida y espero hacerlo más en el futuro”.

Sea como sea: estrategia, sentido ético, ambas, o que el pragmatismo del PRI y los empresarios fuertes del país lo pudieran haber arrinconado a un papel más limitado, parece evidente que este Calderón no es el mismo de los primeros tres años.

Y es un hecho que este cambio de actitud o estrategia, puede influir en el desarrollo del Gobierno y la función pública del país por lo que es un tema que nos atañe a todos.

Veremos.

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MAURICIO FERNÁNDEZ Y LA LUCHA VS. EL NARCO EN NUEVO LEÓN

Quizás lo que incomoda del discurso público de Mauricio Fernández es que es demasiado franco y al primero que evidencia es al Gobierno federal de su propio partido.

Las cosas que dice Fernández suelen decirse en la política mexicana pero ya en libros de funcionarios o periodistas que escriben a “toro pasado” sobre las verdaderas situaciones (y no las que decían los discursos) que se vivieron en cierto periodo.

“No nos hagamos gueyes” diría el Alcalde de San Pedro Garza García, Nuevo León, el municipio más rico del país. La realidad del país en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado no es quizás tan optimista como la pinta el discurso oficial federal.

”Realmente no hay candidato a cualquier puesto de elección popular que no haya sido buscado por los narcos, pasa en todos lados, en todos los estados del país”

Así, sinceramente, lo afirmó Fernández en la entrevista que publicó el diario La Crónica de Hoy el 14 de abril de este año, en donde también confirmó que narcotraficantes lo habían contactado cuando fue candidato a Gobernador hace unos años.

Previamente, el 2 de abril, Fernández había informado que en la campaña de electoral de este año (la que ganó a la postre convirtiéndose en Edil) había sido buscado otra vez por un personaje que ahora el Ejército acaba ya de capturar.

“A través de una persona me mandó comunicar que él tenía mucho interés en ver cómo ayudar al proyecto de seguridad de San Pedro”… afirmó Fernández, añadiendo que rechazó la oferta.

Luego, vendrían los audios (el 12 de junio) que difundió Reporte Índigo en donde se oye a Fernández explicar que los propios narcotraficantes del Cártel de los Beltrán Leyva apoyarían un programa de seguridad que diera más calidad de vida a la zona.

Los audios fueron interpretados por el propio Reporte Índigo y por algunos diarios nacionales, como El Universal, como una admisión de un pacto con un grupo del crimen organizado.

“Mauricio” como le llaman en Nuevo León, negó haber pactado y explicó que más bien eran teorías de asesores suyos quienes le decían que hipotéticamente los narcotraficantes no se opondrían a su plan de seguridad.

El Gobierno Federal, del mismo partido que el de Fernández y quien había hecho de la lucha vs. el crimen el centro de su propaganda, no respondió a la noticia y dejó que fuera justamente el PAN quien respondiera. Así, 24 horas después de la difusión de los audios, César Nava, quien aún no era Presidente del PAN y sólo era candidato a Diputado (además de ex Srio. Particular del Presidente Calderón) salió a defender al candidato a Edil.

“Las grabaciones no son concluyentes”, afirmó para luego decir que él tenái confianza en que la interpretación de los medios no era la adecuada. "Confío en que Mauricio no haya pactado, pero si alguien llegara a pactar será repudiado por nosotros", añadió más tarde.

Los audios no parecieron tener impacto en las preferencias electorales de los habitantes de San Pedro Garza García quienes siguieron apoyando mayoritariamente a Fernández para ganar la Presidencia Municipal.

Fue entonces el 31 de octubre, al tomar posesión de su puesto, cuando Fernández volvió a sorprender con ahora ya famoso anuncio de la muerte de “El Negro” Saldaña, uno de los presuntos principales secuestradores de su Municipio, y quien buscaba la muerte del Edil, según afirmó el propio Alcalde.

Como es sabido, la declaración causó revuelo, ya que en el momento en que Fernández lo dijo (11:55 A.M aprox) el cuerpo del presunto secuestrador aún no había sido encontrado en el DF (en donde Fernández anunció que lo habían matado), situación que según las autoridades capitalinas sucedió hasta las 3:15 PM.

Las especulaciones comenzaron en los medios y la opinión pública sobre cómo el Alcalde habría sabido con antelación de la muerte del presunto delincuente.

En los foros de opinión, de medios regiomontanos como El Norte, fue posible ver en esos días como mucha gente escribía comentarios a favor del Edil, creyendo que podría ser alguien que ya por fin estuviera haciendo algo contra el problema del crimen, aun y cuando fuera tal vez más allá de la Ley.

En la Ciudad de México, en contraste, la misma interpretación causó escándalo en varios medios nacionales de comunicación que dieron cobertura al tema por varios días.

Quizás, la interpretación se basaba en la franqueza con que Fernández había dicho que haría “grupos de limpieza” del crimen, y admitió que algunas de sus estrategias de seguridad rebasarían el límite legal.

No obstante, con respecto al tema de “El Negro” Saldaña, el Edil lo que afirmó es que se lo había dicho el “grupo de inteligencia” que creó para el Municipio.

Además, el propio Fernández dio a entender que el asesinato de este presunto secuestrador, podría habría sucedido a manos del propio Cártel del cual este individuo habría salido para hacer sus propios negocios por su cuenta y en una plaza que no le correspondía.

Que ambas hipótesis no fueran mutuamente excluyentes es un tema que merece más atención en sí mismo, y que ya se ha tratado también en los medios. No obstante, a nivel de “percepción”, no hay duda que el tema fue importante en la opinión pública.

Por eso, lo más curioso, sigue siendo la reacción (pública, al menos) del Gobierno, la cual lo evidencia frente al discurso que ha tratado de construir él mismo todo el sexenio de la lucha sin descanso contra el crimen organizado.

Después de las declaraciones de Fernández, pasaron 5 días hasta que el Gobierno Federal emitió una postura a través del Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, 6 días para que César Nava, ahora como Presidente del PAN se pronunciara sobre el tema y 10 días para que la PGR le tomara declaración en la investigación que atrajo sobre la muerte del “el Negro” Saldaña y sus acompañantes.

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