EL DESCARADO CINISMO DEL PRI Y EL JUEGO PELIGROSO DE CALDERÓN

El caso Gómez Mont está resultando muy útil para conocer a nuestros políticos mexicanos en el poder.

La renuncia del Secretario de Gobernación al Partido Acción Nacional ha escandalizado y ocupado buena parte de la atención de la clase política y los medios, aunque quién sabe si para la ciudadanía en general sea un tema de tanta relevancia.

Al final, el Secretario de Gobernación es parte del Gabinete del Presidente y es a él a quien debe preocuparle si le es efectivo o no. No obstante, hay un ángulo de este tema que nos atañe directamente a todos: las intenciones de los partidos.

El PRI, cínicamente, acaba de admitir ayer que sí había negociado con Gómez Mont y el Gobierno Federal el aprobarnos más impuestos a los mexicanos a cambio de que el PAN no tuviera alianzas electorales con el PRD en las elecciones estatales de este año.

El PRI es cínico porque se la han pasado diciendo que son un nuevo PRI y que responden a los intereses de los ciudadanos.

Pues bien: es un hecho que los diputados priístas no están respondiendo a los intereses de sus electores, sino están al servicio de los más oscuros intereses de sus Gobernadores feudales que tratan de impedir a toda costa la libertad en sus estados.

Para eso gastaron millones en campañas y prometieron miles de cosas a los ciudadanos, para después, burlarse de ellos y más bien pactar “en lo oscurito” (sino fuera por el escándalo Gómez Mont, no lo hubieran admitido) con base en intereses antidemocráticos de sus verdaderos “jefes”.

Y no es que no lo supiéramos o no sospecháramos de los verdaderos intereses que entran en juego en las “negociaciones” legislativas. ¡Es que asombra el descarado cinismo del PRI en admitirlo y que no pase nada!

Desde luego, otro interés que hemos visto es el del Presidente Calderón.

Hemos sostenido en Impresión Política que parece que el Presidente (como todos los partidos) ya está más preocupado por el 2012 que por la aprobación de sus propias iniciativas de reformas legislativas, y que estas son más bien sólo para aparentar o ganar puntos en imagen.

Pues bien, en efecto, el caso Gómez Mont nos demuestra que el Presidente Calderón no está tan interesado en la aprobación de nuevas leyes como en ganar elecciones.

La estrategia de Calderón y el PRD es muy lógica (y es de sobrevivencia): si no se ganan varios estados en este 2010, será muy difiícil pelearle al PRI la Presidencia en el 2012, porque es un hecho que la “operación” de los Gobernadores en sus entidades sigue siendo fundamental para las “elecciones”.

Es claro, además, que si el Gobierno y el PAN obtienen más posiciones, quizás hasta tengan un poco más de fuerza para negociar en el Congreso.

No obstante, habrá que tener cuidado, ya que también hay un riesgo en que el Presidente insista en ser el conductor de la estrategia electoral de su partido, mezclando demasiado el Gobierno con las campañas.

Esa película ya la vimos con Vicente Fox: inició mal con el desafuero y terminó peor con un proceso electoral sumamente desaseado, que hasta la fecha hace que la legitimidad (que no la legalidad) de los resultados electorales del 2006 haya quedado en entredicho.

El riesgo para el país es que quizás Calderón querrá seguir con la estrategia “hayga sido como hayga sido” pensando que es la única manera de derrotar al cínico y antidemocrático PRI.

Y en medio de cínicos, partidos antidemocráticos y gobernantes imprudentes, queda la Ley y los ciudadanos. Preocupante.

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